Estudio bíblico de la congregación // 1 al 7 DE DICIEMBRE // lección 40 y lección 41
8-14 DE
DICIEMBRE
Empiece
conversaciones
DE CASA EN
CASA. Utilice una de las verdades del apéndice A del folleto Una obra de amor
El
publicador estará trabajando en la lección 4 el punto 5 que dice
Sea
apacible. No se empeñe en demostrar que usted tiene la razón. Nuestro objetivo
no es discutir. La humildad lo ayudará a mantener la calma y a saber cuándo es
hora de retirarse. Si usted responde de forma amable y muestra apacibilidad,
puede que la persona esté dispuesta a conversar con nosotros en otra ocasión.
Duración 3
minutos
Circunstancia:
El
publicador está predicando de casa en casa cuando encuentra a una señora que lo
interrumpe para hacerle una pregunta sobre una creencia común: la vida después
de la muerte. La señora expresa sus dudas y defiende sus tradiciones, pero el
publicador responde con empatía y tacto, utilizando textos bíblicos para
explicar la verdad y retirándose con respeto cuando es necesario.
Publicadora:
¡Buenos días! Mi nombre es Ana. Estamos visitando a nuestros vecinos para
compartir una breve información bíblica.
Señora: (interrumpiendo)
¿Usted es testigo de Jehová, verdad? Quiero hacerle una pregunta.
Publicadora: (con amabilidad)
Sí, claro. Dígame, ¿en qué puedo ayudarla?
Señora:
¿Por qué ustedes dicen que no hay vida después de la muerte? Mi iglesia enseña
que sí, y no entiendo por qué ustedes contradicen eso.
Publicadora: (con tacto)
Entiendo su inquietud. Nosotros creemos lo que enseña la Biblia, y por eso
pensamos así. Si usted quiere, podríamos leer un versículo que lo explica.
Señora:
Está bien, léalo.
Publicadora:
El texto está en Eclesiastés 9:5. Dice:
"Porque los vivos saben que morirán, pero los muertos no saben nada en
absoluto ni reciben más recompensa, ya que todo recuerdo suyo ha caído en el
olvido".
Aquí vemos que la Biblia explica que los muertos no tienen conciencia. Por eso
decimos que no hay vida consciente después de la muerte."
Señora: (molesta)
Eso no puede ser. Mi mamá vio a mi papá después de que murió. Él venía a verla,
nos dijeron que era porque nos amaba.
Publicadora: (con empatía genuina)
Lamento mucho lo que han pasado. Debe haber sido muy impactante para su familia
perder en ser querido.
Si me permite, el siguiente versículo del mismo capítulo puede aclararlo aún
más.
Señora:
Está bien, léalo.
Publicadora:
Eclesiastés 9:6 dice:
“Además, ya han desaparecido su amor, su odio y sus celos, y ya no
participan en nada de lo que se hace bajo el sol”.
Aquí dice que, al morir, incluso los sentimientos desaparecen. Eso es lo que la
Biblia enseña.
Señora: (algo alterada)
Pero mi iglesia siempre ha dicho que hay que encender velas para que el
espíritu esté tranquilo. Eso se ha hecho toda la vida. Ahora vienen ustedes a
decir que eso está mal…
Publicadora: (sin discutir, voz calmada)
Entiendo perfectamente su postura. Es difícil escuchar algo diferente a lo que
uno ha aprendido toda la vida.
No quiero incomodarla. Antes de retirarme, ¿me permite leerle un último texto
lleno de esperanza para quienes han perdido a un ser querido?
Señora: (algo más tranquila)
Sí… solo uno más.
Publicadora:
En Hechos 24:15 encontramos una promesa maravillosa:
“Y tengo esperanza en Dios, esperanza que también tienen estos hombres, de
que va a haber una resurrección tanto de justos como de injustos.”.
La Biblia asegura que veremos de nuevo a nuestros seres queridos, no como
espíritus, sino mediante una resurrección real.
Señora: (reflexionando)
Eso sería hermoso… Ojalá fuera verdad. Le voy a preguntar al que dirige la
iglesia a ver qué dice.
Publicadora: (amable)
Claro, está bien. Gracias por escucharme. Fue un gusto conversar con usted, y
si en otra ocasión desea seguir hablando de este tema, con gusto regreso.
Señora:
Gracias. Que tenga buen día.
Conclusión
final
En este
diálogo, la publicadora aplicó el punto 5 de la lección 4 al mantenerse
apacible y evitar discutir, incluso cuando la señora defendió sus creencias con
firmeza. Con empatía y respeto, utilizó textos bíblicos para explicar la verdad
sobre la condición de los muertos y dejó una esperanza positiva mediante la
enseñanza de la resurrección. Al final, se retiró con cortesía, dejando la
puerta abierta para futuras conversaciones.
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