Estudio bíblico de la congregación // 1 al 7 DE DICIEMBRE // lección 40 y lección 41
La primera pregunta de esta lección
¿Qué prometió Jefté?
Jefté le prometió a Jehová que si lo ayudaba a vencer a los
ammonitas, él dedicaría a Jehová al primero que saliera de su casa a recibirlo
cuando regresara.
Segunda pregunta
¿Qué hizo la hija de Jefté cuando se enteró de
la promesa de su padre?
Cuando su padre le contó la promesa, ella aceptó con
obediencia y lealtad que debía cumplirse. Le pidió a Jefté dos meses
para ir con sus amigas a las montañas. Luego, regresó y sirvió toda su vida
en el tabernáculo de Jehová,
¿Qué nos enseña este relato de Jehová?
Jehová valora que cumplamos nuestras promesas.
Jefté hizo un voto y se sintió obligado a cumplirlo, aunque fuera difícil. Este
relato nos recuerda que Jehová toma muy en serio las promesas y compromisos
que hacemos delante de él.
Los israelitas sufrieron por sus malas decisiones, pero
cuando abandonaron los ídolos y regresaron a Jehová sinceramente, él no
soportó verlos sufrir más y volvió a ayudarlos. Esto muestra que Jehová es misericordioso
y siempre está dispuesto a perdonar cuando hay arrepentimiento verdadero.
¿Qué lecciones prácticas podemos aprender de
este relato?
Los israelitas sufrieron por depender de dioses falsos.
Nosotros podemos evitar sufrimientos innecesarios si no permitimos que nada
—personas, hábitos, entretenimiento o metas— ocupe el lugar de Jehová.
Los israelitas no solo dijeron “hemos pecado”, sino que eliminaron
los ídolos. Esto nos enseña que, para que Jehová nos bendiga, debemos
cambiar lo que está mal y demostrar con hechos nuestro arrepentimiento.
Pensemos bien antes de hacer
promesas importantes.
Jefté cumplió su voto, aunque fue muy difícil. Esto nos recuerda que hay que
ser cuidadosos y realistas antes de comprometernos en algo delante de Jehová o
ante otros.
Poner a Jehová primero trae paz y dirección.
Tanto Jefté como su hija mostraron que Jehová era su prioridad. Cuando hacemos
lo mismo, nuestras decisiones se vuelven más firmes y disfrutamos más de su
apoyo.
Debemos ser cuidadosos con lo que prometemos.
Jefté habló impulsivamente. Hoy, debemos orar y meditar antes de hacer
promesas, para que sean razonables y bíblicas.
La hija de Jefté renunció a tener familia y vida normal
para servir a Jehová. Nos enseña que poner a Dios primero puede exigir
decisiones difíciles, pero vale la pena.
Los jóvenes pueden dar un ejemplo de obediencia total. La
hija de Jefté aceptó la dedicación sin quejarse y sirvió fielmente toda su
vida. Hoy, los jóvenes pueden priorizar el servicio a Jehová por encima de
planes personales.
Comentario adicional
En Jueces 10:6, vemos que los israelitas adoraban a los
dioses de naciones que estaban en guerra contra ellos, como los dioses de los
ammonitas, Es una gran ironía: ¡adoraban a dioses que supuestamente protegían a
sus enemigos! Eso muestra lo falso e irracional que es adorar ídolos.
Pasamos a la LECCIÓN 37…
titulada
Primera pregunta
¿Por qué era Samuel diferente de Hofní y
Finehás?
Samuel
era diferente porque respetaba a Jehová y obedecía sus leyes, mientras que
Hofní y Finehás deshonraban a Dios con su maldad, aprovechándose del servicio
en el tabernáculo para beneficiarse.
¿Qué mensaje dio Jehová a Samuel?
Jehová le reveló que iba a castigar a Elí y a su familia,
porque Elí sabía que sus hijos hacían cosas malas en el tabernáculo, pero no
los corrigió ni los detuvo.
¿Qué nos enseña este relato de Jehová?
Aunque Hofní y Finehás tenían cargos importantes, Jehová
rechazó su servicio por su maldad. En cambio, valoró a Samuel, un joven
humilde. Esto muestra que a Dios no le importa el cargo, sino el corazón.
Que Jehová habla a quienes están dispuestos a escucharlo.
Samuel no entendía al principio, pero cuando fue instruido, respondió: “Dime,
Jehová. Tu siervo te está escuchando”. Hoy, Jehová sigue hablando por medio
de su Palabra a quien quiera oírlo
Que Jehová juzga a quienes no corrigen el pecado bajo su
responsabilidad.
Elí amaba a Dios, pero falló como padre y líder al tolerar el pecado. Este
relato nos recuerda que tener autoridad espiritual trae gran responsabilidad.
Jehová examina el corazón, no la edad.
Samuel era joven, pero Jehová vio su obediencia y pureza. Él demuestra que
valora a quienes lo respetan, aunque otros de mayor edad o posición no lo
hagan.
Jehová rechaza la corrupción en su adoración. Hofní y
Finehás robaban de los sacrificios y trataban mal a la gente; Jehová los
condenó porque su servicio era una farsa
Jehová exige que los padres corrijan a sus hijos. Elí sabía
lo que hacían sus hijos pero no los detuvo; por eso Jehová lo castigó junto con
sus hijos
¿Qué lecciones prácticas podemos aprender de
este relato?
Samuel no hizo nada espectacular al inicio; solo obedecía,
servía y hacía lo correcto. Eso nos enseña que la fidelidad en las tareas
pequeñas construye una reputación sólida delante de Dios.
La obediencia sincera vale más que el cargo o el linaje.
Samuel no era hijo de sacerdote, pero sirvió mejor que los hijos de Elí. Nos
enseña que lo importante no es de donde somos, sino cómo servimos a Jehová.
Elí falló al no disciplinar a sus hijos. En casa o en la
congregación, debemos actuar con firmeza cuando vemos desobediencia, con amor,
pero sin complacencia.
Samuel empezó a servir de niño y se convirtió en profeta y
juez. Los jóvenes hoy también pueden tener un impacto espiritual duradero si
comienzan temprano.
Los jóvenes pueden ser valiosos ejemplos
espirituales.
Samuel mostró más respeto y pureza que Hofní y Finehás, adultos con autoridad.
Esto anima a los jóvenes de hoy a no dejarse influenciar por malas conductas y
a ser íntegros aunque otros no lo sean.
Los padres deben corregir con firmeza y amor.
Elí sabía que sus hijos actuaban mal, pero no los disciplinó. Esto demuestra el
peligro de evitar la corrección por comodidad o miedo. La corrección oportuna
protege.
Decir la verdad requiere valor, incluso cuando
es incómodo.
Samuel tuvo miedo de repetir el mensaje, pero lo hizo. Nosotros también
necesitamos valentía para hablar con sinceridad, ya sea en la familia, en la
congregación o al predicar.
Comentario adicional
"Este relato nos enseña que Jehová no mira
el título, sino el corazón. Samuel era joven, pero obediente; los hijos de Elí
eran sacerdotes, pero desobedientes. Lo que importa es escuchar a Dios y obedecer
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