Estudio bíblico de la congregación // 1 al 7 DE DICIEMBRE // lección 40 y lección 41
Segunda asignación
Haga revisitas
PREDICACIÓN PÚBLICA.
El publicador estará trabajando en la lección 9 el punto 3
que nos dice
Escuche con atención. Deje que la persona hable y no la interrumpa. Si
tiene alguna objeción o le expresa sus sentimientos y preocupaciones,
no la ignore. Si le presta atención, la persona verá que a usted realmente
le interesa lo que ella piensa.
Duración 4 minutos
Circunstancia:
La publicadora está haciendo una revisita a una señora que tiene un puesto de
venta de golosinas. Durante su conversación anterior, la señora expresó interés
en saber cómo la Biblia puede ayudar a quienes padecen problemas de salud
mental, especialmente porque tiene una amiga deprimida a quien desea ayudar.
Publicadora: (Sonriendo, con voz amable)
¡Buenos días, Clara!
Qué gusto verte de nuevo. Me da gusto conseguir la tienda abierta, Como
acordamos, vine a traerte la revista que mencioné la última vez.
Señora: (Contenta)
¡Hola, Ana! Gracias
por venir. Siéntate, aprovecha que no hay clientes para hablar.
Publicadora: (Con entusiasmo)
¡Perfecto! Esta es la
revista que te comenté, que habla de cómo la Biblia ayuda con los problemas de
salud mental. ¿Recuerdas que hablamos de ese tema?
Señora: (Seria, abriéndose)
Sí, y te soy sincera, Estoy muy preocupada por una amiga mía
de muchos años. Últimamente, está sufriendo de depresión. Sé que ya está
visitando a los médicos, pero yo quiero ayudarla y no sé qué hacer ni qué
decir. No sé cómo consolarla, y eso me pone triste porque la aprecio mucho y
deseo ayudarla en lo que pueda. Por eso, cuando hablamos la vez anterior, te
pregunté si la Biblia daba consejos sobre cómo ayudar a las personas que están
padeciendo estas enfermedades..
Publicadora: (Con empatía)
Te entiendo, Clara, debe ser difícil ver a tu amiga así. ¡Te
felicito por querer ayudarla! Esta revista tiene un artículo que te va a ayudar
mucho. En la página 14 dice: “¿Cómo podemos ayudar a quienes sufren un problema
de salud mental?”. ¿Quieres que veamos un consejo?
Señora: (Interesada)
Sí, ese tema es justo
lo que necesito.
Publicadora: (Abre la revista)
El primer consejo cita Santiago 1:19. ¿Te gustaría leerlo?
Señora: (Lee)
“Quiero que sepan, mis
queridos hermanos, que todos deben ser rápidos para escuchar, pero lentos para
hablar y lentos para la ira”.
Publicadora: (Con tono claro)
Mira lo que dice la
revista aplicando este versículo: “Una de las mejores formas de ayudar a su
amigo es escuchándolo cuando necesite hablar. No piense que tiene que tener una
respuesta para todo lo que le diga. Lo importante es que se dé cuenta de que
usted lo escucha y se preocupa de corazón por él”. ¿Qué te parece?
Señora: (Asintiendo)
Es cierto, a veces uno solo quiere desahogarse y que lo
escuchen.
Publicadora: (Sonriendo)
¡Qué bueno que lo ves
claro! Hay otro consejo que cita 1 Tesalonicenses 5:14. ¿Quieres leerlo
también?
Señora: (Lee)
“Por otra parte, hermanos, les rogamos que adviertan a los
indisciplinados, consuelen a los deprimidos, apoyen a los débiles y sean
pacientes con todos”.
Publicadora: (Con tono reconfortante)
La revista sugiere:
“Puede que su amigo esté angustiado o luchando con sentimientos de
inferioridad. Por eso hágale saber cuánto se preocupa por él. Así, aunque no
sepa exactamente qué decir, podrá consolar y animar a su amigo”. ¿Qué opinas de
este consejo?
Señora: (Entusiasmada)
¡Excelente consejo! Expresarle lo mucho que la quiero y que
puede contar conmigo será de bastante ayuda para mi amiga.
Publicadora: (Felicitándola nuevamente)
¡Qué alegría me da que
estos consejos te estén siendo útiles! Como puedes ver, todos los consejos
están basados en lo que nos aconseja la Biblia.
Señora Marta: (Agradecida, sosteniendo la revista)
Sí, esta revista está
muy buena. Voy a leerla completa y ponerla en práctica para ayudar a mi amiga.
Publicadora: (Proponiendo una nueva visita)
Me alegra mucho tu
disposición. Si quieres, puedo pasar mañana a esta misma hora para analizar
otro tema de la revista. Está titulado: “El consuelo de las Escrituras.” Así
podrías leerle a tu amiga textos bíblicos consoladores y llenos de bonitas
esperanzas.
Señora Marta: (Aceptando)
¡Claro que sí! Me
encantaría. Así estaré más preparada para visitar a mi amiga.
Publicadora: (Despidiéndose cordialmente)
Perfecto, estaré aquí
mañana a esta hora. Gracias por tu tiempo y por recibirme con tanta amabilidad.
Que tengas un excelente día.
Señora Marta: (Sonriendo cálidamente)
Igualmente, hasta
mañana.
Conclusión breve de la asignación:
En esta escenificación, la publicadora aplicó con éxito el punto
3 de la lección 9, pues escuchó con atención a la señora sin interrumpirla,
mostrando interés genuino en sus sentimientos y preocupaciones. Además, usó la
revista y las Escrituras para dar consejos prácticos, fortaleciendo la
confianza y dejando abierta la puerta para futuras conversaciones.
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